BLOQUEOS CULTURALES

Los últimos bloqueos creativos que nos quedan por definir son los bloqueos culturales, no por ello son menos importantes que los otros dos tipos anteriores.

Estos bloqueos hacen referencia a aquellos valores y normas que se van trasmitiendo entre las generaciones mediante el proceso de socialización. Estas normas se mantienen por un sistema de sanciones y controles sociales establecidos que nos hacen cumplir y conservar esos valores.

Dichos valores , mediante la socialización y el control social, los vamos interiorizando social y emocionalmente, de manera que su conservación está bien vista y es premiada, pero el no cumplimiento de estas normas se castiga.

El seguimiento de esas normas tradicionales nos aporta seguridad (por el miedo a lo novedoso, citado ya en otras ocasiones, por el conocimiento previo de los posibles resultados o efectos...). Así, quien no sigue dichos comportamientos ya establecidos siente inseguridad.

Por tanto, estos bloqueos culturales nos llegan principalmente por la educación, ya que la creatividad suele romper las normas establecidas, trata de enfrentarse a las reglas, crear cambios, etc.

Estos bloqueos se puedan dar por:

• Presión de conformidad: hace que nos adaptemos a las reglas establecidas. Aquí actúa la conocida "presión del grupo": el comprtamiento de un individuo también depende de las expectativas de los otros. Esto varía según la dimensión numérica del grupo.
• Trabajo y juego: la unión de ambos ayuda al desarrollo de la creatividad, pero socialmente se separan por que el juego se asocia a la búsqueda de la satisfación en sí misma y sin objetivos prácticos, y es un error.
• Tendencia al éxito exagerada: puede ser una barrera para nuestra creatividad, ya que toda persona creativa debe estar preparada para experimentar, y eso conlleva asumir tanto éxitos como riesgos.
• Prejuicios sociales: tener en cuenta determinados prejuicios sociales puede entorpecer nuestra labor. Por ejemplo, no considerar de poca educación ser curioso, ya que la curiosidad nos ayuda a investigar e innovar; romper con las funciones asignadas tradicionalmente a un determinado sexo o edad; no prejuzgar las innovaciones antes de ser desarrolladas plenamente, etc.

En este caso, se puede resumir que el miedo a lo establecido o a lo tradicional nos lleva a no investigar, no ser innovadores, no arriesgar... y eso son cualidades necesarias para el desarrollo creativo.

Fuentes: De Bono, E. "Manual de la sabiduría: nuevos hábitos del pensamiento para agilizar la mente y potenciar la creatividad" (Paidós).